Por suerte en nuestra Península no ha sufrido la mortal competencia (caso de Inglaterra) de la introducida ardilla gris americana más basta y poderosa.
Más rojiza al norte y más pardo olivácea al sur.
Los llamativos penachos de sus orejas se desarrollan en otoño-invierno.
Su costumbre de lamer gomas y cableados para obtener agua del rocío, le ha creado mala reputación entre jardineros que la culpan de roerlos.
Hace varios nidos para evitar los parásitos, altos (a 7-8 m) junto al tronco.
Son preciosas de ver y mas cuando se ven por el entorno de Marina del Este entre pinos (Almuñecar).Cada vez que veo alguna me paro a observarlas.Fotos mui bonitas te doy mi enhorabuena y sigue asi.
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