miércoles, 27 de julio de 2011

Aprieta la sed

Ver a la perdiz beber es relajante.
Bebe muchas veces, no se intranquiliza cuando llega al agua
como otras aves que parecen sentirse frágiles y amenazadas
tan al descubierto.
Se lo toma con calma, te permite enfocarla, analizarla, gozarla:


Con el buche lleno de agua se marcha "apeonando" en busca
de su sombra favorita donde pasar el resto del día. No bajará
a beber hasta la mañana siguiente, solo un buen trago al día:


No está siendo un verano tan caluroso como lo fueron los
años anteriores en los que superábamos fácil los 40 ºC.
Los animales tienen agua por doquier gracias a las lluvias
tan abundantes del pasado invierno, arroyos y bebederos
que no se secan como otros estíos. Así sería antes cuando
no había tanta captación de aguas para riegos.


jueves, 21 de julio de 2011

Alondra común

¡ Puf, que difícil es distinguirla de las Cogujadas !
Al no ser tan abundante por esta región y ser las
otras tan corrientes pues no suelo diferenciarla:


Su colorido poco oscuro (juveniles), sino más bien
pardo rosáceo lo define como ejemplar adulto.
El hábitat también coincide, paramera rocosa sin
árboles, a cierta altitud.

Quizás me sacó de dudas ver las huellas que dejó al
borde del agua que le delatan: Sus tarsos y sus uñas
traseras tan largas y llamativas por su longitud, una
de las características para distinguirla de las otras:



No es la Cogujada común, más grande, mas color canela
pico más alargado (recto por debajo) y mayor cresta:

Cogujada común


No es la Cogujada montesina, que tiene estrías mas
oscuras y abundantes en el pecho, aunque confunde
por su tamaño similar y el pico también corto:

Cogujada montesina

sábado, 9 de julio de 2011

Collalba rubia

Llamativa a más no poder, de niño oía que las buenas
gentes del campo les llamaban " rubiblancas ":


No hay duda de su procedencia bereber.
Su cabeza, envuelta en un turbante blanco le defiende
del sol implacable norteafricano en invierno e ibérico
en verano:







Los juveniles, tímidos y muy discretos visten plumaje
de camuflaje, de comando de montaña, para no ser ni
vistas ni oidas por depredadores:








Esta joya, más fina y ligera que sus parientes Collalba negra
y Collalba gris se posa más en ramitas finas de arbustos y se
agita nerviosamente la cola y las alas, como una Tarabilla.
Vive en el suelo, ahí come, anida y descansa.