un pequeño lagarto de piel blanda y granular, con llamativos
ojos grandes de pupila vertical adaptados a su actividad muy
nocturna y forma de cazar con la vista. Ojos que no pueden
cerrar al igual que les ocurre a las culebras:
Mediterránea total, como vemos en esta lámina. Cuando
a veces aparece un ejemplar fuera de su área geográfica
cálida es debido a que al ser tan habitadoras de viviendas
humanas son transportadas en mudanzas de muebles, etc:
que en el silencio de una vivienda rural pueden sonar a
débiles maullidos en la penumbra del amanecer.
gracias a sus conocidas almohadillas adhesivas con pelillos.
Como podéis apreciar en la foto y la lámina todos sus dedos
tienen uñas a diferencia de la Salamanquesa común:
Normalmente son claras, casi transparentes, raramente es
tan oscura como este ejemplar, que además sabemos es
un juvenil por llevar todavía esas bandas en la cola:
Por ser más ligera y frágil que la Sª Común, estos ejemplares
jóvenes de Sª Rosada son devorados por aquella razón por
la que los encontramos casi siempre en el suelo y no por las
paredes y techos, para evitar encontrarse con ellas.