Corzos

Si quieres verlos, prepárate a madrugar. Me tuve

que levantar a las 5 de la mañana para poder llegar

a trompicones atravesando el bosque sin apenas

algo de luz por la luna menguante, a apostarme

una hora antes del amanecer. Silencio, frío de 7ºC

y despuntar del día adornado por sobrecogedores

tonos lastimeros emitidos por el Cárabo antes de

echarse a dormir..."guuuh"..."guh-guh-guh-guh"...

Mitad madrugón-mitad ilusión sentí el orgullo y

la felicidad de amar tanto la Naturaleza al ver que

mi esperanza, basada en anteriores observaciones

precipitadas, de ver huellas, de analizar el entorno

y de saber los hábitos y necesidades de este bello y

delicado cérvido, se cristalizaba en dos bultos que

surgían de la espesura a pastar en el claro.

Sin apenas luz todavía y con un frío que cortaba,

pude fotografiar ( sin calidad, pero interesante ) a

unos 100 m de distancia a esta Corza y su Corzino:

Pude apreciar la menor anchura de la madre por el

pecho que por sus traseros, lo que le facilita andar

sin dificultad a través de la maleza.

El Corzino ya luce unos bultitos de cornamenta lo

que me permitió saber que era un macho.

Cuando más contento andaba por la observación anterior

no podía imaginar la sorpresa que me esperaba.

Un sonido raro a mi derecha y la silueta en la oscuridad

a través de un arbusto de otro animal. Ni más ni menos

que el sultán de la zona. ¡ Era el macho territorial ! :

Sin duda me había olido y huía despavorido de su no muy

deseado encuentro, dando un quiebro ruidoso y abriendo

paso entre la maleza con su ancho y poderoso pecho:

La poca luz y el movimiento anulaban la posibilidad o

el deseo de obtener una buena foto, pero la ilusión y la

pasión de enganchar con mi cámara a este discretísimo

"duende del bosque" valían por todo lo demás:

Como os podéis imaginar no daré datos del lugar para

proteger a este animal de cualquier cazador.