Hace frío, mucho frío, por el verde Norte. Por estas
latitudes la temperatura habitual de 12-16 ºC hace
que las aves puedan alimentarse sin problema y que
ya anden cortejando (Ánades reales) e incluso ya se
vean los indicios de primeros nidos (Fochas comunes).
Pasarse por el humedal, la Charca de Suárez de Motril
comienza a ser un espectáculo. Lo mejor (Flamencos,
Patos colorados, Anades frisos, Anades silbones, etc)
está por llegar muy pronto.
Las orillas están saturadas de avecillas, como estas que
llegaron primero, Lavanderas Blancas invernantes
que se unen a las residentes:
Los Aviones Roqueros sobrevuelan el agua y se posan
en el mismísimo observatorio para nuestro deleite:
Compitiendo con Tarabillas y Lavanderas los numerosos
Mosquiteros Comunes se atracan de insectos:
Por la orilla, la estrella, el Ruiseñor Pechiazul, muy hábil
para aparecer y desaparecer correteando por el suelo:
Mucho más confiada y fácil de fotografiar, disfrutamos de
esta linda ave tan especializada, el Bisbita Ribereño que
no compite en alimento con los anteriores, ya que prefiere
el extraer gusanillos e insectos de las plantas acuáticas en
vez de cazarlas al aire sobre el agua como las anteriores:
Paralelo a este mundo de microfauna, el drama de la vida,
tan interesante de observar. Una Gaviota Reidora de
las muchas que se ven por aquí acompañando a la menos
abundante Gaviota Cabecinegra, ha aparecido muerta:
Los expectantes aficionados sabemos que la familia formada
por dos adultos y un juvenil de Aguilucho Lagunero que
habitan este humedal son carroñeros. Tarde o temprano se
llevarán el cadaver de la Gaviota.
Sube la emoción cuando sobrevuela el cebo y se posa hacia
el Oeste, a contraluz como para fastidiarnos la foto:
... Mañana que es Lunes y no estáis vendré por ella ...
La vida en estado puro.
ResponderEliminarFelicidades por el blog.
Mil saludos extremeños.