Hay que esperar al anochecer. Cuando ya no hay buena luz para las fotos hay que relajarse y disfrutar de los especímenes escondedizos (pluma o pelo) que aunque diurnos, temen a la actividad humana.
Los juncos y carrizos ribereños deben constituir un auténtico laberinto donde reposan y duermen todas estas criaturas siniestras que solo salen cuando los sonidos y la presencia de otras aves mas confiadas así se lo aconsejan. Tampoco le gustan a esta ave sus congéneres, solitaria siempre excepto para la reproducción.
Expresivamente nerviosa y vigilante, esta pequeña y rechoncha ave (algo mayor que un Mirlo) deambula junto al agua sin alejarse de la vegetación protectora.
Se trata de un adulto (los juveniles no lucen el azul grisáceo ni el pico rojo), probablemente un macho por los tonos bastante llamativos y contrastados de su plumaje. Bonito ¿eh?:
El Rascón es un gran trepador. Lo he visto deslizarse encaramado a las espadañas para bajar al agua. Sus largos dedos se lo permiten. Toda una joya de nuestra avifauna:
Buena serie del escurridizo Rascon.Un abrazo
ResponderEliminarQue bonitas fotos Jesús. Yo aun no he tenido la oportunidad de verla en la naturaleza, pero siempre alegra poder verla en su ambiente en unas fotos tan estupendas.
ResponderEliminarYa pillarlo es harto difícil, pero hacerlo así de bien es para quitarse el sombrero.
ResponderEliminarChapo amigo Jesús.
Un abrazo
Muy buena!tus ratos quietico dan resultados como este!
ResponderEliminarSaludos camperos!
Muy bonito ese Rascón. Saludos
ResponderEliminarHola Jesús, por si te interesa saberlo, te nombre en el blog: http://biologia-en-red.blogspot.com.es/2013/09/mundo-blogger.html
ResponderEliminarHola INES, lo he visto, que bien, muchas gracias.
ResponderEliminarBonito y bien pillado, saludos Jesús.
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