jueves, 25 de julio de 2013

Chorlitejo chico

¡Toma diminutivos! no chorlito, chorlitejo, no grande ni mediano, pequeño...pues que sepáis que cuando lo podáis ver un rato a placer en algún río o humedal interior (los estuarios marinos y playas se los deja a su pariente el Chorlitejo patinegro con el que no quiere cuentas) os parecerá todo un personaje que con sus poderosos 16 cm, ¡hum!, algo más que un gorrión común, captará toda vuestra atención por sus vuelos llenos de energía y sus giros bonitos a ras de agua.


¡Vaya ojo bien ribeteado! aquí la selección natural se ha lucido, ese contraste entre un amarillo tan conseguido y el negro del collar es de una estética inmejorable aunque a la vez muy sencilla:



Este machote que se exhibió bien ante mi (algo escamado con la lente) presentaba todavía plumaje nupcial y bien caliente que estaba pues no paraba de moverse y de trinar entre los cantos rodados del río, no quería ni competencia ni compañía.
Cuando le toque volverse para el Magreb invernal si que buscará socios para la travesía pero ahora, nanai:




No paraba de chirriar y a veces sus trinos parecían maullidos, muy ruidoso:




De repente, media vuelta, alguien había llegado también chirriando a tres o cuatro metros del campeón:


Aquí hay mucha comida, parecía sugerirle a la recién llegada:


Si estás dispuesta a una "pisadita"....:




La hembra (casi idéntica al macho, solo el píleo algo más claro), a estas alturas, ni caso, se marchó bien rápido, ya no hay celo como para aventurarse a sacar otra nidada:


Cuando pasaron unas horas y habían desaparecido de mi vista, apareció el retoño, sin frente ni collar negros como más desteñido y por supuesto, silencioso:



Volverán el año que viene exactamente al mismo lugar, no fallan, su rodal de piedras es su rodal, no cambian, así lo demuestran los anillamientos, muy fieles a su terruño.

Preciosas avecillas , toda una distracción tras unas horas (desde antes de amanecer) escondido entre Tamarits y sentado en una piedra, ¡ay mis huesos!

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