Ruiseñor bastardo

Es un Carricero en toda regla, este tiene poco de Ruiseñor, siempre entre carrizos y juncos, no se posa jamás para cantar como el Ruiseñor común y es inquieto hasta hacer casi imposible fotografiarlo.

Casi diez años saliendo al campo para lograr, ahora por segunda vez, unas instantáneas suyas, que difícil es:

 

Pienso yo si su canto tan vigoroso y tan estridente ¡si no me dejo ver, me vas a escuchar bien! es su técnica para un ave tan territorial e invisible.